A la hora de abordar el tema de los becarios y al margen de las denuncias que en ocasiones se producen por las condiciones que sufre este colectivo, hay una realidad: las prácticas de estudiantes o becas pueden ser una muy buena herramienta tanto para las empresas como para los propios estudiantes.
Las ventajas para las empresas, sean grandes o pequeñas, son obvias: conseguir trabajadores especializados en campos de conocimiento concreto y sin coste laboral. La empresa, al firmar un convenio de colaboración con una entidad académica, no precisa dar de alta en la Seguridad Social al becario, por lo que el coste laboral es cero. Otro aspecto importante a tener en cuenta es el grado de entusiasmo que aportan los estudiantes en prácticas a las labores que realizan y que suplen en la mayoría de los casos la inexperiencia propia.
Pero, ¿qué ventajas pueden obtener los becarios? Siempre que desempeñen funciones adecuadas a su campo de conocimiento y expecialización, la formación y el conocimiento práctico es la principal. Al margen de la posible posible remuneración que en muchos casos viene establecida en los convenios de colaboración de los centros docentes, los estudiantes en prácticas tienen una inmejorable ocasión para poner en práctica muchos de los conocimientos teóricos adquiridos durante sus estudios.
Otra ventaja importante y que no se debe olvidar, es el certificado de aprovechamiento que todas las empresas están obligadas a entregar al becario una vez finalizadas las prácticas. Y esta es una ventaja importante, ya que en muchas ocasiones, un elemento imprescindible para lograr un puesto de trabajo acorde con la formación es la experiencia laboral. Las prácticas en tal o cual empresa pueden abrir las puertas a una entrevista de trabajo en muchas empresas.
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