Helena López-Casares aborda en su artículo para rrhhMagacine.com titulado Un lugar humano para trabajar, la importancia que las relaciones entre el jefe y el empleado puede tener para la buena marcha de la empresa. A través de un ejemplo profesional y personal nos explica claramente cómo las diferencias de comportamiento pueden motivar o desmotivar para alcanzar los objetivos marcados por la empresa.
Nos habla de dos tipos de jefes: uno que considera que el "colchón emocional puede armonizar el trabajo y fomentar el espíritu de pertenencia corporativo" y el segundo que actúa de forma completamente contraria al primero sin caer en la cuenta de que "su actitud repercute en el bienestar empresarial y puede favorecer o no la retención del talento".
Por último, recomienda a los jefes/directivos que recuperen la sensibilidad para que el trabajo sea un lugar visto de "forma amable y no como un campo de minas".